El lupus se considera una enfermedad femenina porque es más
común en mujeres que en hombres. Aproximadamente el 90% de los pacientes con
lupus que tienen entre 15 y 45 años son mujeres. Después de los 50 años, sin
embargo, el porcentaje de mujeres con lupus se reduce al 75%, y el porcentaje
de hombres con la enfermedad aumenta al 25%.
Algunos estudios descubrieron que las enfermedades renales,
nerviosas y sanguíneas en hombres con lupus son más graves que en las mujeres
que padecen la enfermedad.
Los hombres con lupus no buscan, frecuentemente, grupos de
ayuda ni hablan abiertamente de su enfermedad, debido al predominio femenino en
la prevalencia de lupus.(1)
El impacto del género en el LES
Los síntomas del LES son prácticamente los mismos tanto para
mujeres como para hombres al inicio de la enfermedad. Las investigaciones se
debaten entre si el avance del LES difiere de un sexo a otro. Muchos
investigadores consideran igual el curso de la
enfermedad, pero otros sospechan que las manifestaciones
posteriores del LES pueden variar entre
los sexos. Varios estudios preliminares sugieren que los hombres son más propensos
que las mujeres a sufrir daño en los riñones, el sistema nervioso y vascular.
Así mismo, se ha reportado un mayor índice de mortalidad en hombres.
La importancia de las hormonas sexuales
Las mujeres son más propensas al lupus que los hombres y los
índices de lupus entre ambos sexos muestra un patrón claro de la pubertad a la edad mayor. Estos factores les
indican a muchos investigadores que las hormonas sexuales pueden influir en el desarrollo
de la enfermedad. Las principales hormonas bajo investigación incluyen la
hormona femenina estrógeno, producida por los ovarios, que propicia la ovulación
cada ciclo menstrual, y las 3 hormonas masculinas llamadas andrógenos,
responsables de las características físicas masculinas. Los descubrimientos de
las investigaciones concluyen que:
• Tanto el estrógeno como los andrógenos pueden ser metabolizados
de manera diferente en las personas con lupus, en comparación con la población
general.
• Las mujeres con lupus metabolizan los andrógenos mucho más
rápidamente que las mujeres sin la enfermedad.
• Los bajos niveles de hormonas masculinas en la pubertad y
en edad avanzada pueden contribuir a la incidencia de enfermedades autoinmunes
en hombres de estos grupos de edades.
Los medicamentos que reducen los niveles de testosterona en
los hombres están asociados con síntomas reumáticos, pero no han sido asociados
específicamente con el inicio del LES.
Factores sexuales
Un hombre que recientemente ha recibido el diagnóstico de
lupus puede sentirse agobiado por varios motivos. El simple diagnóstico de tener
lo que se percibe como una “enfermedad de mujeres” puede ser humillante para
algunos hombres. Es posible que exista el falso concepto de que un hombre con
LES es menos masculino que un hombre que no tiene LES. Esto es una falsedad.
Los hombres con lupus son fértiles, sexualmente activos y potentes, con un
historial reproductivo normal. Muchos son también muy velludos.
Manejo del padecimiento
El Cantante SEAL Padece LES desde su juventud. |
El estrés emocional en los hombres con lupus es el mismo que
presentan las mujeres con lupus. De cierta manera, puede ser aún más difícil
para los hombres manejar el lupus debido a las expectativas culturales y
sociales que se tienen de los hombres. Por ejemplo, los mismos sentimientos de
incapacidad que sienten las mujeres con LES pueden ser más evidentes en los hombres,
porque pueden afectar su capacidad de realizar sus funciones y (o) progresar en
su ambiente de trabajo, y en consecuencia, afectar su posibilidad de mantener a
su 4 familia. Los hombres con LES pueden tener dificultad para desarrollar actividades
que requieran labor física. La incapacidad para trabajar y ganarse la vida,
debido a una incapacidad por enfermedad, puede ocasionar estrés emocional y mental
en el hombre. También hay cambios externos que preocupan al hombre con lupus.
Los síntomas tales como las erupciones, la pérdida de cabello y el aumento de
peso, con frecuencia no son tan discapacitantes para el hombre como para la
mujer.
Tal estrés, aunado al hecho de que comúnmente se habla del
lupus como una “enfermedad de mujeres”, les dificulta más a los hombres enfrentar
este padecimiento crónico. Debido a que la mayoría de las personas con lupus
son mujeres, los hombres pueden sentirse fuera de lugar en grupos de terapia o
autoayuda orientados a mujeres. Las asociaciones de lupus reconocen la falta de
apoyo para los hombres y están trabajando para compensar esa falta de
equilibrio.
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