Al cumplir un año, no me queda más que celebrar, que tengo
la oportunidad de tener nuevo un aniversario…mi Abuela me dijo ‘’ Constanza
(léase con su bello sonsonete español) un año desde tu diagnóstico... no es un
motivo para celebrar’’. Yo creo que si…insisto en estar feliz cada 22 de
octubre, ¿Por qué no? Si gané un año más…
Celebro que a pesar de tener una enfermedad complicada (más
encima para mi suerte, de un subtipo severo), que hoy estoy de pie y dispuesta
a continuar…
Recuerdo que el día que me diagnóstico, trate con toda mi
fuerza no llorar ante mi médico de cabecera, pero a pesar de tal esfuerzo, una
lagrima cayo, sin intención alguna. Como cuando te dicen que alguien que
quieres mucho falleció. Cierta parte mía escapo por la puerta ante la noticia.
Al final es un duelo que se lleva adentro, se niega, se llora, se vuelve a
negar, hasta que algún día, se acepta.
Un día le hice una lista a una persona que adoro, sobre las cosas buenas que
me han pasado después de enfermarme…hay muchas!, es como “el velo” , que tenía
en los ojos se hubiera salido delicadamente, no voy a negar que he llorado y
gritado, ¿ Pero qué cambio no es difícil?, no todo es bueno, es horrible tomar
tantos medicamentos, el dolor físico, la pena, y el miedo, etc… pero poco a poco esto se ha ido a un
segundo plano y se ha sido desplazado por un cambio de percepción de las
cosas…ya no es un ¿Por qué a mí? Y ha aparecido el ¿Por qué yo no?.
Aprendí a no tratar de cambiar lo que no puedo, y tener la
fuerza para aceptarlo. A luchar por lo que sí puedo cambiar y tener la valentía
para hacerlo, aunque el miedo sobre…y como dice la “oración de la serenidad”,
he tenido que aprender a distinguir la diferencia.
No puedo cambiar que estoy enferma, pero si puedo luchar por
quienes quiero y por lo que sueño hacer, agradezco todos los días a los quienes
no se han despegado de mi y que piden a diario que mañana sea mejor…
Así que me prometo desde hoy… a dejar entrar el miedo un
segundo y echarlo para que entre la valentía.
Pedir que mi vocación y mi amor por el que “no puede luchar” me den
fuerza, los días que me duela incluso caminar… Enseñar que la empatía, no es
solo una palabra, Es la capacidad de estar en el interior del otro, luchar por
que la pena, el dolor y sufrimiento del otro es algo real y respetable, ante
todo.
Un día cuando estaba haciendo la practica en un hospital, me
toco atender a un adulto mayor. Era alto, muy delgado, tembloroso, con unos
ojos azules muy lindos…me acuerdo que le costaba ver con la luz, gritaba para
que cerraran las cortinas ( el problema es que no habían), le moví la cama y se
calmó. Había que darle los medicamentos, entre ellos su fármaco para el Parkinson y Calcio. Para el que nunca ha tomado calcio,
esta es una pastilla muy grande, dura ( las versiones baratas), así que al ver
que no se la podía tragar, se la parti, en varios trozos, tratando que ninguno
saliera volando, lo que me fue bastante difícil, ya que ya estaba presentando pérdida
de fuerza, temblor y dolor, además de mi nula habilidad plástica…quien iba a
pensar que tiempo después yo tendría que cortar MIS pastillas de calcio, y
seria YO la que no soportara la luz….Sin duda la vida da muchas vueltas.
Apesar de escribirlo de hace meses, solo hoy , senti la seguridad de subirlo...espero que posteen sus experiencias....besos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario